 El sistema de educación superior, preliminarmente instituido, ha mejorado gracias a la reforma de los últimos a?os. El proyecto de crear 100 universidades de primera categoría mundial se inició en 1993. En los diez a?os siguientes, 708 centros de ense?anza superior se fusionaron para constituir 302 recintos con múltiples departamentos de estudios o de carácter integral. En septiembre de 1999, el Instituto Central de Tecnología y Bellas Artes fue incorporado a la Universidad Qinghua, la “University of Cambridge china”. En abril de 2000 la Universidad de Beijing, con más de cien a?os de historia, se unió con la Universidad de Medicina de Beijing, la mejor del país, formando una alianza entre poderosos. Actualmente China cuenta con 1.911 centros de ense?anza superior. El Estado, con fondos especiales, apoya a varias universidades para que entren a formar parte de las filas avanzadas internacionales. Más de 30 han recibido este apoyo. El acceso ampliado a los centros de ense?anza superior se ha mantenido durante varios a?os consecutivos. En 1998 los centros comunes admitieron a 1.080.000 personas; de 1999 a 2002, este número pasó de 1.600.000 a 3.200.000 personas. En 2003, está previsto admitir a 3.350.000, 150.000 más que el a?o anterior; los centros de ense?anza superior y los de investigación científica tienen previsto admitir a 217.000 individuos para estudios de postgrado, un 33% superior al a?o anterior. Los centros docentes superiores han elevado su importancia en el campo de la investigación y estudio científicos y se han convertido en una fuerza viva para la creación de nuevas tecnologías, sobre todo en materia de estudios básicos. Los centros de ense?anza superior fortalecen la cooperación entre la producción, el estudio y la investigación, acelerando el ritmo de la transformación de los resultados científicos y tecnológicos en productos, y así han dado lugar a un grupo de empresas de alta y nueva tecnología, así como a importantes productos científicos y tecnológicos. Los parques científicos y tecnológicos de 22 universidades estatales se han convertido en importantes bases donde se transforman los adelantos de altas y nuevas tecnologías.
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